15/10/68 – NO ESPECIFICA LUGAR

Mi historia, como la de tantos otros, está teñida de mentiras y engaños. Según me dijeron nací el 15 de octubre de 1968, pero no sé exactamente dónde. En mi partida de nacimiento figura el domicilio de la casa donde yo vivía de chica en la calle Albariños 983, en el barrio de Mataderos. Mi partida de nacimiento está firmada por la obstétrica Nélida Santo que tenía un consultorio junto con su hermana en la calle Rivadavia 9956 de Capital Federal. La única información que tengo con respecto a esta doctora es que falleció, pero que su hermana todavía vive y es probable que siga atendiendo a algunas de sus pacientes en ese mismo domicilio. Esos son los únicos datos que tengo con respecto a mi origen, es decir casi nada. Mis padres siempre me negaron la verdad aunque yo siempre sospeché que no era hija de ellos. La falta de parecido físico en una familia con rasgos tan marcados como los de mis padres hacían aún más notoria la diferencia entre ellos y yo. Sin embargo tengo que decir que nunca nadie, ni mis padres, ni mis familiares, ni amigos, vecinos, conocidos, etc. hicieron ninguna diferencia conmigo. Todos fueron siempre cariñosos y afectuosos y me trataron como a cualquier otro integrante de la familia. De mis padres tampoco tengo ninguna queja ya que me dieron todo lo mejor que pudieron y yo soy la persona que soy gracias a ellos. Lo único que les reprocho es el hecho de que me hayan engañado (y probablemente me sigan engañando), durante tanto tiempo. La única información que recibí de parte de ellos es que habían conocido “de vista” a mi mamá biológica en el consultorio de la doctora Santo y que era una chica joven de 19 años, que no quería criar a su bebé porque era madre soltera. Hace unos meses, en el mes de enero, me puse en contacto con la agrupación “Quienes Somos” y sentí que todavía tenía la esperanza de conocer mi verdadera identidad que es algo que siempre quise hacer. En la agrupación encontré gente de todas las edades y dedicadas a las más diversas actividades, pero todos compartimos el mismo sentimiento, tenemos el mismo objetivo y manifestamos las mismas necesidades: queremos saber “Quienes Somos”, necesitamos conocer nuestra verdadera identidad y fundamentalmente aspiramos a que nuestra situación se haga pública para que lo que nos pasó a nosotros no ocurra NUNCA MAS. Para que nunca más exista la apropiación de chicos y para que el estado no permita obrar con impunidad a los que quieran lucrar con la vida y el destino de los bebés y niños que desafortunadamente no tienen la oportunidad de elegir, en ese temprano momento, el destino de sus vidas.