A 5 meses del primer atentado que sufrió nuestra sede de Baradero, nuevamente fuimos víctimas de una agresión. El mismo “modus operandi”, haciendo uso de una barreta forzaron la puerta de entrada y sacaron de lugar el marco. A “prima facie” no hay faltante ni daños del mobiliario o algunos objetos electrónicos de valor, no obstante no hemos podido constatar aun la falta de documentación sensible que cabe recordar es variada, a saber, denuncias de apropiaciones, correspondencia con funcionarios gubernamentales de alto rango, proyectos, lista nacional y local de particulares, parteras, médicos, enfermeras y funcionarios sospechados de tráfico y apropiación de menores proporcionadas por terceros, causas judiciales, etc. 
También allí se guarda y resguarda donde está asentada toda nuestra labor institucional desde hace 13 años ya que no disponemos de un sistema de digitalización, por lo cual todo el material se encuentra en hojas de papel contenida en biblioratos. Más allá de toda esa información hay que tener en cuenta que nuestra sede funciona en un edificio público, punto número uno; y punto número 2 nuestro tema, por ordenanza municipal vigente, está incluido en la órbita del organigrama aunque el ejecutivo aún no lo implementó formalmente, no obstante nuestra oficina venía cumpliendo desde hace años y cumple un rol permanente a favor de los derechos humanos y el derecho a la verdadera identidad de origen, prestando un servicio social y gratuito a las víctimas. 
No puede ser que este hecho sea considerado como de poca importancia, o pase desapercibido para la dirigencia, esta situación es tan grave como si se hubiese barreteado la puerta del despacho del ejecutivo o alguna otra oficina perteneciente al municipio, de hecho, el centro cultural, edificio que aloja nuestra sede, es municipal y considerado como patrimonio cultural de nuestra ciudad. 
Pero lo que más indigna es la reacción de quienes deberían asumir su grado de compromiso. ¿Saben cómo me entero de lo sucedido?, un empleado del municipio me encuentra de casualidad en un supermercado, hoy jueves 18 de mayo, cerca de las 11 AM y me dice que estaban tratando de comunicarse telefónicamente y que no lograban dar con mi persona. Sin palabras. En la puerta, la que forzaron, hay un cartel con todas las vías de comunicaciones posibles y actualizadas. Es más, cuando sucedió el primer atentado, me dijeron lo mismo, que no podían ubicarme, entonces le dije al director de cultura que para prevenir futuros desencuentros deje en mesa de entrada de cultura mis datos por si necesitaban comunicarse urgente. Por lo visto eso no sucedió o no cumplieron, pero a pesar de esa opción debe haber innumerables notas con membrete que envié oportunamente donde al pie de la misma figuran todos los datos de contacto. De última, en nuestra Web también están los números actualizados. Por lo tanto, y considerando el abanico de oportunidades para ubicarme tengo que pensar que lo hacen adrede, por negligentes, incapaces o porque directamente le resbala todo y nada les importa. La situación y la posterior reacción de los responsables es un calco del episodio anterior, típico de la desidia que invade esta gestión municipal y su desprecio personal por quienes estamos a cargo de nuestra institución debido a que no les respondemos desde el punto de vista político partidario. Eso no se negocia, de ninguna manera, un organismo de derechos humanos no debe teñirse de un color partidario ni tener relaciones carnales con ningún poder de turno, al menos nosotros, por estatuto y por principios somos afines a esa línea de hacer y acompañar a nuestra política de derechos humanos. Tampoco confundan que darnos una mano en algún evento implique dádiva o favores, señores es vuestra obligación, promover, ayudar y acompañar toda actividad relacionada a los DDHH como política de estado y tal cual lo especifica la secretaria de DDHH de la nación y provincia como así también los convenios firmados con el municipio de parte de estos organismos, por lo tanto vuestro apoyo no debe ser considerado una deuda sino una obligación lisa y llana. Que eso quede bien claro, aunque para ustedes es difícil asimilar estos conceptos porque están acostumbrados a una especie de “toma y daca” en lugar de privilegiar derecho y obligaciones.
No tengo pruebas para culpar a nadie de la agresión sufrida hacia nuestra institución, pero sepan los actores materiales e intelectuales que no vamos a ceder un solo centímetro de nuestros objetivos fundacionales y nuestra línea de conducta que venimos transitando desde nuestra fundación, no toleraremos que un par de rastreros y alcahuetes con aires de sicarios nos vayan a amedrentar, en absoluto, al contrario, esto nos fortifica, y nos ayuda a redoblar el compromiso. Se hicieron y se harán todas las gestiones ante los organismos competentes, y buscaremos aclarar este atropello por la vía legal. No buscamos recompensa ni nos colocamos en el rol de víctimas, pero si exigimos que los responsables pongan la cara y se hagan cargo, y se haga justicia en el más amplio sentido de la palabra porque lo que no se puede permitir en un estado de derecho es la impunidad, y este acto vandálico perpetrado en un edificio municipal y en contra de una entidad de bien público y de DDHH no puede quedar impune.
Mientras estaba escribiendo esta nota se comunicó telefónicamente el Director de Cultura para interiorizarse del tema.

LUIS VERDINA
PTE DE ¿QUIENES SOMOS?

MARIA ROSA PALLONE
PTA HONORARIA