Hay un aspecto de la violencia familiar que nos interesa principalmente y es de los pactos de silencio, ya que estos trascienden más allá del sólo ocultarle la verdad al interesado, ya que en muchos casos, en la gran mayoría, estos manejos de la información por parte de los familiares, trasciende más allá del sólo hecho de negarle la verdad en cuanto al origen, sino que estos pactos se mantienen aún cuando el sujeto sabe acerca de su condición de hijo no biológico y decide comenzar su búsqueda.

Es cuando la familia se une y niega todo tipo de información que pudiera ayudar al interesado, haciendo un verdadero abuso de poder, ya que las personas en búsqueda de su identidad de origen deben recopilar datos de las personas que participaron en su inclusión en la familia o que por su cercanía a la misma conocen ciertos datos relevantes, como ser localidad o institución donde nació, origen de su familia biológica, etc.

Entonces esta recopilación de los datos se hace en forma lenta y traumatizante para la persona que busca ya que muchas veces involucran peleas con su familia de crianza debido a esta resistencia a querer aportar datos. Es muy común que las familias inviertan los roles depositando en la persona que busca todas sus conflictivas, visualizándolo como el victimario, en vez de hacerse cargo por parte de las familias de haber participado en una red de mentiras y silencios para con la persona.

En este punto juegan muchas creencias circulantes en cuanto a la problemática de la apropiación de menores, ya que, en general, no es visualizada como tal por la sociedad.

Por lo tanto, para las familias de crianza, se les dificulta el acercamiento al tema y la toma de responsabilidad por los actos realizados, ya que, se percibe solo el aspecto de haberle ofrecido al niño “un hogar”, sin tener en cuenta el cómo se hizo ni el derecho de la persona a conocer su identidad de origen.

En este punto, no hay que dejar de mencionar la evolución histórica del tema, ya que desde hace no mucho tiempo atrás las adopciones se pueden legitimar por vía judicial.

Por tal motivo hay que tener en cuenta los aspectos sociales de la problemática de las apropiaciones de niños en un momento determinado, con especial relevancia a las creencias populares en torno al tema.

En este sentido, se considera que las organizaciones institucionales donde se acude a solicitar ayuda están afectadas por las mismas creencias que circulan por el conjunto societario, reforzando el círculo de re victimización que comienza con la negativa de la familia a brindar información.

Uno de los principales puntos es el aspecto de infantilización que se trasmite a los adultos que solicitan información sobre sus orígenes, cuando se les comunica que por diversas situaciones (entre ellas que los datos no son sólidos o cuantiosos) no se puede continuar con la búsqueda, o cuando se les informa que no se puede tener acceso a los archivos, sugiriendo una variopinta lista de excusas, tales como “los libros de tal institución no se encuentran a disposición por que se les inundó el archivo”.

En general, esto es vivido como muy frustrante y en una inmensa cantidad de casos, los adultos desisten de seguir buscando.

Además hay que tener en cuenta el factor tiempo, ya que por lo general, las personas en búsqueda de su identidad de origen hacen un recorrido, primero por sus familias y luego por diversas oficinas que les insumen bastante tiempo, esfuerzo y dinero, esta situación hace que cualquier intervención no adecuada por parte de una oficina determinada genere más cansancio y malestar del que ya viene sufriendo

Pero lo más importante de la intervención iatrogénica de las organizaciones, es cuando se hacen eco, de una forma más inconsciente, con el síntoma de los familiares, creando nuevas zonas de silencio alrededor de la búsqueda. Esto es generado en la forma de retacear información que se haya conseguido a través de la intervención de una oficina dedicad a la búsqueda.

Otra forma más manifiesta de intervención violenta por parte de una organización es cuando se le explicita a la persona en búsqueda de su identidad, que puede generar molestias en otros y por este acto en si mismo puede provocar un juicio, no considerando con este argumento la realidad del derecho a conocer la Identidad Biológica de sujeto.

Una vez iniciada la búsqueda y en la mayoría de los casos, donde no hay un legajo de adopción legal, hay que recurrir reiteradamente a los familiares de crianza para que aporten los datos que conocen, esto implica de construir el pacto de silencio que atraviesa a esta familias, en estos casos, muchas veces las organizaciones “toman partido” de alguna forma por la familia de crianza y se niegan a seguir preguntando porque las personas intervinientes sienten que no deben “molestar” al grupo familiar que pueden aportar información. Esto está íntimamente relacionado con lo anteriormente expuesto.

Es en este momento donde se coloca al sujeto que decide buscar sus orígenes en victimario, porque es el que con sus actos (la búsqueda de sus orígenes), perturba a los otros.

Esta situación de “protección” muchas veces se extiende a los médicos o parteras que han firmado los certificados de nacimiento fraguados. (que en su mayoría cobraron dinero para entregar al bebé a su familia de crianza)

Este mecanismo se repite de tal forma que a la persona que busca se le hace casi insoportable pasar una y otra vez por las mismas situaciones.

Los ejemplos pueden continuar, pero lo importante a tener en cuenta es que la situación de solicitar ayuda de parte de las personas en búsqueda de su identidad no debe en ningún caso convertirse en una nueva re victimización por parte de la distintas organizaciones proveniente de la intervención profesional no adecuada de sus integrantes.

 Lic. Verónica Graziano (licenciada en psicología) y miembro destacada de nuestra ONG