Todo proyecto que que se redacte y que sirva al interés superior de buscar la verdadera identidad de origen tendrá nuestro apoyo, quien quiera que sea su autor, sin importar su bandería política, por lo menos así lo vemos desde nuestra agrupación respetando nuestros principios fundacionales. 
Hoy por hoy existen, por suerte, varios proyectos de ley con estado parlamentario a los cuales apoyamos sin privilegiar ninguno de ellos. Como ONG de DDHH debemos ser imparciales y evitar encolumnarnos detrás de uno en particular, porque de hacerlo estaríamos evidenciando cierta parcialidad o favoritismo. Las organizaciones que defienden los derechos humanos deben escindir de cuestiones políticas partidarias y asumir posturas pluralistas exenta de colores partidarios o en su defecto hacer lobby por una determinada figura u organización. Esa convivencia con la cosa política debe obedecer a cierta ética, coherencia en el discurso y honestidad intelectual. 
Por eso es importante como dijimos , respetar principios, tener principios, todas las instituciones deben regirse bajo nobles principios, y si son personas o grupos virtuales también deben obedecer a éstos aunque carezcan de estatutos o normas que los regulen porque están representando un tema que amerita a tener buenos valores. 
No vamos a permitir que nuestra ONG sea utilizada, ni tampoco se prestará para “fogonear” a ninguna persona que aspire hacer propaganda política sobre nuestro tema para obtener réditos electorales o de campaña, y si llegáramos a caer accidentalmente en una cuestión como esta, de inmediato estaríamos dando un paso al costado tomando la distancia que corresponde y apartándonos de la coyuntura como ya lo hicimos en varias oportunidades cuando detectamos la doble intencionalidad o nos quisieron arrastrar al juego de ellos. Por suerte nuestros cuadros internos tienen sobrada experiencia y militancia que nos permiten hacer una lectura profunda ante cualquier duda o corregir de inmediato antes de “quedar pegados”. 
Esta característica nos pone en un papel de ser, para algunos observadores, conflictivos o antipáticos, a lo que nosotros respondemos que preferimos parecernos a eso, a ser, mentirosos, traidores y obsecuentes.
Acompañamos a los políticos cuando llevan adelante políticas de DDHH exenta de especulaciones partidarias, con ellos marchamos a la par y alentamos en la gestión que hacen al proyecto, y no nos va a temblar ninguna parte del cuerpo si tenemos que “pegar el portazo” cuando éstos tuercen el rumbo.
Así pensamos en ¿Quiénes Somos?